En Chile, la libertad de testar permite al testador decidir cómo distribuir sus bienes, pero siempre respetando a las asignaciones forzosas (obligatorias). El testador no puede disponer libremente del 50% de sus bienes, pues se reserva para herederos forzosos como los hijos, cónyuge, o si ellos no existen, a los padres. Dicha mitad se conoce como la “mitad legitimaria”. Además, el testador puede asignar el 25% restante para mejorar la porción de los herederos forzosos conocida como la “cuarta de mejoras”, y el último 25% puede ser distribuido libremente a quien desee, que es la denominada “cuarta de libre disposición“.